En el capítulo 17 del libro I de Samuel, se cuenta la lucha de David contra Goliat y la victoria del pastor David contra el gigante Goliat. Esto siempre se menciona cada vez que hay una lucha desigual, y en la que se espera que gane el débil, como para demostrar que más vale la astucia que la fuerza, y que “no hay enemigo pequeño”.
Eso se hizo aquí, en Venezuela, con motivo de las elecciones del 7-O en la que se medían Goliat Chávez, un filisteo gigante, enemigo de los judíos, provocador, con casco, coraza, polainas y lanza a la espalda (1Sam,17,4-7) y David Capriles, el menor de ocho hermanos, pastor, sin malicia militar y que había ido al campo de batalla a llevarle queso y pan a tres de sus hermanos que estaban en el campo de batalla (1Sam,17,12-20) .
Nadie se atrevía a pelear con Goliat Chávez, pero David Capriles se atrevió y ganó. Hasta aquí el cuento de donde se saca la analogía. El problema es que David Capriles no le ganó a Goliat Chávez, aquí, en Venezuela y sin embargo se sigue haciendo la comparación porque aunque David Capriles no le ganó a Goliat Chávez, hizo tan buena pelea que mereció ganar ( y según algunos…ganó).
En la analogía de David vs. Goliat, ningún analista menciona en sus análisis las armas de los contrincantes: Goliat toda una parafernalia guerrera y David una honda y piedras; en el campo de la semiótica no podemos quedarnos sólo en los actantes: tenemos que mencionar las armas, y, en nuestro caso las de David.
Si la Biblia menciona honda y piedras, quiere decir que eso tiene relevancia; ahora bien: ¿hubiera ganado David, de tamaño normal, joven y fuerte, con una honda débil, poco resistente, inadecuada para tumbar a un gigante de 3 metros? ¿Hubiera ganado David con una piedra cualquiera y no con una sola, pero lo suficientemente dura para derribar al gigante al primer golpe? La respuesta (y la victoria de David) nos indican que sin esas “armas” David no hubiera ganado, de manera que las “armas” son esenciales para el triunfo, no solamente la persona.
Y a eso es a lo que quiero referirme como causa de la derrota (por ahora) de David Capriles: le fallaron sus armas la honda y la piedra.
1.- La honda la conformaban los barrios, cerros, localidades, etc. de difícil acceso, no tanto geográficamente sino “antropológicamente”), al que políticos, comunicadores sociales de medios escritos, etc. sólo se acercan tangencialmente, y los encuestadores sencillamente no “van” a su encuentro, sino que los “esperan” (y eso a unos pocos) fuera de su hábitat. Y para colmo hasta llegan a tratarlos en forma peyorativa, como personas ignorantes; p.ej. en ElNacional (10/0ct/2012-pág.NACIÓN.5) hay un titular LA UNIDAD GANÓ EN LAS ZONAS URBANAS…y en el texto , se lee…“el politólogo Carlos Luna afirma que el chavismo se ha consolidado en las zonas rurales más manipulables e influenciables a través de dádivas debido a la poca instrucción”. Cuando se habla de “zonas rurales”, también se refieren , en la estructura profunda, a barrios y zonas urbanas de difícil acceso. “Esa gente” es de alrededor del 40 % del universo votante, y al no ser “tomado en cuenta” desbarajusta cualquier cálculo. En resumen, una de las causas más importantes de la pérdida de las elecciones del 7 O se debió a que no se llegó a ese 40%, nacional, pasado por alto por encuestas, sondeos y trabajo partidista, con la errada percepción que en la muestra tomada ese corpus estaba incluido (supuesto completamente equivocado); en resumen: LA HONDA ERA DÉBIL.
2.- En cuanto a la otra arma, la piedra, el habla, la lengua, el idioma… sólo fue contundente y preciso al final, demasiado tarde para vencer lo que se veía venir de trampas y ventajismo continuos, y que culminarían con el repunte de Goliat, ya medio movido a pesar de la “débil” honda. La falla de“la piedra” fue el desconocimiento de la lengua de Chávez; desde el año 2002 yo personalmente he llamado la atención sobre ese aspecto sin que nadie me pare; incluso en entrevistas a periodistas, entre otros a Beatriz Lecumberri Directora de la oficina de la Agencia France Presse de Venezuela, quien recoge la entrevista en su libro La revolución sentimental-viaje periodístico por la Venezuela de Chávez, a S. Montague del Miami Herald y sobre todo en la que me hizo la muy respetada y excelente escritora y periodista Mireya Tabuas (ElNacional-4.sietedías-22/11/2009)”La primera batalla que hay que ganarle a Chávez es la batalla del idioma”. En todas he señalado los puntos débiles en el discurso de Chávez que hay que atacar para desarmarlo: a) el uso constante de la trampa de la argumentatio ad hominem para distraer al adversario y que siempre le ha resultado; b) el invento de lexías, que luego la oposición adopta; c) la persistencia en no nombrar algunas cosas ya que para él lo que no se nombra no existe; d) la violación constante del art. 9 de la Constitución sin que nadie se lo reproche en forma firme, etc. Y a la vez no usar el sarcasmo y la ironía para ridiculizar su discurso. Eso es lo que él más detesta, lo que más lo perjudica y lo que no perdona. Por eso su inquina contra algunos humoristas que sí usan esas armas y muy bien;(por eso su ensañamiento contra Laureano Márquez y Zapata, entre otros).
Chávez habla sencillo y directo (y hasta vulgar) al “pueblo”. Eso le falta a la oposición que debe bajar su “lengua” y ponerla al alcance del pueblo, sin vulgaridad sino con sencillez y claridad. A Capriles se le quiso asesorar, (pero no se pudo contactar) como se hace con estadistas importantes, p.ej. el Papa, para que mejorara su discurso en ese sentido, aunque hasta ahora es el único que se ha acercado al pueblo con un lenguaje directo y fácil, por supuesto que puede, y debe, mejorar.
Teniendo en cuenta lo anterior a Capriles y a su equipo le faltó repetir insistentemente cosas concretas que el pueblo llano entienda. P.ej. en relación a las Misiones: no insistir en general en conservarlas y mejorarlas, sino particularizar, con papeles en mano, una por una, de las fallas, de las mejoras, de la ampliación etc. de cada una. Los diversas promesas que implicaran dinero… repetirlas y hacerlas posibles para que no se vieran como simples promesas. ¿Cómo? De una manera sencilla que comenzó a aplicar muy tardíamente en su campaña: diciendo y repitiendo también, papeles en mano, uno por uno cada una de los regalos, dádivas, compras inútiles (p.ej. de armas), contratos onerosos para el Estado, etc. Y luego decir cómo con lo que se ahorre en regalos y dádivas diversas se puede aumentar, p.ej., el sueldo mínimo a 2.500 Bs. Si la gente ve, informe en mano, que Nicaragua recibió 170 millones de $ para una planta eléctrica, convertir esa cantidad en Bs. y decir lo que se puede mejorar en una Misión,… en un problema como el de la electricidad, la inseguridad, etc. No es que no lo haya dicho; lo que digo es que lo hizo tarde; debió hacerlo mucho antes: repstir y gritar constantemente, con papeles en mano y con datos concretos; todo el mundo, sobre todo los más desposeídos sabían eso y les parecía mal lo que hacía Chávez; por eso estamos seguros de que la insistencia del candidato y su equipo hubiera dado frutos; desgraciadamente, repito, eso no se hizo bien; yo al menos, y sólo al final en el discurso de cierre en Caracas, oí a Capriles insistir en eso; por cierto de manera demasiado suave para mi gusto.
Para concluir: una serie de ilustres analistas han dado su explicación ante las causas de la derrota, pero ninguno se refiere a lo antes dicho por mí, salvo Colett Capriles, quien dice que David no venció a Goliat, entre otras cosas por insuficiencias, entre las cuales…
“…se explica por errores de percepción, por fallas organizativas, pero también porque sólo en el último tramo de la campaña, a mi modo de ver, tuvo el candidato de la unidad la precisión y contundencia discursiva que lo puso en el camino de ganar.” … A partir del momento en que Henrique Capriles organizó su discurso en torno a la interpelación directa al votante, para romper el velo propagandístico de Goliat, comienza un crecimiento intenso de su candidatura y propuesta. Interpelación, es decir: contraste entre la oferta del régimen y la calidad de vida que realmente tiene el ciudadano…(EN LA FRENTE DE GOLIAT - ElNacional:11/0ct./2012-OPINIÓN.9)
Lástima que fue muy tarde
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Hablando de errores de la oposición: otro y muy grave es reconocerle la mayoría a Chávez. Sin entrar en detalles de la época en que comenzó a ser minoría (porque eso lo he dicho y escrito ya) hablaré de la ratificación de su minoría (que él, Chávez, reconoce, pero no se lo restriegan) a partir del 7 O.
1. Chávez obtuvo el *54,42% _ Capriles el *44,97% (de los votantes).
2. Sólo votó el *80,90% por lo tanto la abstención fue de *19,10%
3. De un universo de 18.802.648 de votantes se abstuvo el 19,10% = 3.591.305 votantes.
4. 18.802.648-3.591.305=15.211.343 votantes efectivos.
5. Chávez (54.42% de los votantes) obtuvo: 8.278.012 votos
6. Capriles (44,97% de los votantes) obtuvo 6.840.540 votos
7. Como Chávez siempre ha dicho que el que no está con él está contra él, los votantes del # 3, como no votaron,no están con Chávez, luego (según Chávez) están contra él.
Si sumamos los votos de Capriles (contra Chávez) y los de los que se abstuvieron (contra Chávez según Chávez),
= Contra Chávez (según Chávez) 10.431.845 = +/- el 55%
Con Chávez 8.278.012 = +/- el 45 % !¡!¡
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