→en Venezuela: inseguridad, inflación, desabastecimiento, injusticia, ineptitud gubernamental, incumplimiento total de normas y leyes, corrupción total como política de estado, despilfarro, obsceno descuido en áreas importantes como educación, salud, respeto a la persona, etc. secuela todo lo anterior de “La Lengua de Chávez” impuesta en sustitución del castellano-lengua constitucional;
y → en el mundo: guerras (Rusia-Ucrania, Siria, yihadistas, ISIS, Gaza-Israel, extremistas en Asia y África…), enfermedades y epidemias (Ébola y otras calamidades) , se está pasando por alto un acontecimiento que estremecerá hasta los cimientos a la Iglesia católica: el Sínodo Episcopal que comenzará este domingo 5 de octubre , y durará quince días (terminará el 19). Se reunirán alrededor de 310 prelados, entre cardenales y arzobispos de todos los continentes, y debatirán a puerta cerrada sobre "Los desafíos pastorales de la familia en el contexto de la evangelización".
Esto fue precedido por una consulta mundial sobre la evolución de la familia, lanzada por el Papa Francisco en octubre del año pasado. Esa consulta mundial sobre la evolución de la familia, fue el tema del informe enviado a quienes colaboraron en ella, y que coordiné en los diversos sitios de América donde estaban ustedes, terminado un poco apresuradamente debido a mi enfermedad cáncer de próstata), afortunadamente en tratamiento y vías de curación.
Algunos especialistas creen que el Sínodo tendrá una importancia tan grande como la que tuvo en el siglo XVI el Concilio de Trento o el Concilio Vaticano II en el siglo XX, debido principalmente a los posibles puntos a tratar en el ya mencionado gran tema de "Los desafíos pastorales de la familia en el contexto de la evangelización”, a saber: familia, matrimonio, homosexualidad (con todas sus implicaciones, como matrimonio, etc.), control de la natalidad, celibato eclesiástico, pastoral de divorciados… Temas todos que poco a poco se han tratado muy casuísticamente y como en “entretelones” siempre “corriendo la arruga”, sin llegar a conclusiones concretas y más o menos definidas para toda la Iglesia.
Todos sabemos los problemas que encontró el Papa (Francisco), al llegar al solio pontificio, en el Vaticano, en Roma y en la Iglesia en general: en el Vaticano una verdadera mafia religiosa-económica-política; precisamente la primera causa que motivó la renuncia de nuestro querido y muy recordado Pastor alemán Benedicto XVI, quien, se ocupó principalmente del aspecto teológico-doctrinal, dejando a otros el aspecto pastoral-administrativo, con resultados negativos para la Iglesia. Así pues, lo primero que hizo Francisco fue ocuparse de esos problemas en el Vaticano; hizo un trabajo de depuración, reforma y renovación, que por supuesto trajo inconvenientes, enemistades y hasta veladas amenazas, que aún hoy prosiguen. Siguió enseguida con los problemas derivados de su sede episcopal: Roma. El papa Francisco, desde el principio en su primera aparición Urbi et Orbi, insistió en su “cargo” inmediato: el de Obispo de Roma. Eso no pasó desapercibido para la Iglesia ortodoxa, ya que entre los presentes, el día de su entronización, destacó la participación, por primera vez, del patriarca ecuménico de Constantinopla, Bartolomé I; ningún patriarca ortodoxo había acudido a un inicio de pontificado, desde hacía 1.000 años: recordemos que una de las principales diferencias con Roma (y uno de los motivos del cisma) era la de la primacía del Obispo de Roma. Estos dos frentes: Vaticano y Roma son muy complejos para ser tratados ahora in extenso; por eso sólo los menciono.
El que nos interesa ahora es lo ya mencionado {familia, matrimonio, homosexualidad (con todas sus implicaciones, como matrimonio, etc.), control de la natalidad, celibato eclesiástico, pastoral de divorciados…)}. Esos temas se venían discutiendo parcialmente, con soluciones casuísticas ( y a veces entrópicas) pero siempre en un plano personal e informal.
A este efecto solo ejemplificaré con polémicas opiniones del cardenal Carlo María Martini, fallecido en 2012, arzobispo de Milán y jesuita como Francisco.
*En junio del 2008, declaró en una entrevista, que conocía a varias parejas homosexuales, "algunos de ellos hombres muy sociales" y añadió: "jamás se me ocurriría condenarlos".
*Criticó el documento Dominus Iesus, (importante documento teológico escrito por Benedicto XVI, cuando sólo era cardenal Joseph Ratzinger, Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe), como algo "teológicamente bastante denso, lleno de citas y difícil de entender".
*. En abril de 2006, en respuesta a una pregunta concreta de Ignazio Marino, director del centro de trasplantes del Hospital Universitario Thomas Jefferson en Filadelfia, Martini opinó que en algunos casos, el uso de preservativos podría ser admisible, declarando, "El uso de los preservativos pueden, en determinadas situaciones, ser un mal menor "
*Hizo hincapié en el caso particular de las parejas casadas, en el que uno tiene el VIH o el sida. Pero rápidamente señaló que una cosa es el principio del mal menor en tales casos, y otra muy distinta promover estas cosas en público, por lo que no corresponde a las autoridades de la Iglesia apoyar el uso público, ya que se corre el riesgo de promover una actitud irresponsable. La Iglesia apoya otros medios moralmente sostenibles, como la abstinencia.
* En otra ocasión, el cardenal Martini también dijo que "creo que la enseñanza de la Iglesia no se ha expresado muy bien... Estoy seguro de que se puede encontrar una mejor fórmula de las cosas, de modo que el problema se entienda mejor y sea más acorde a la realidad".+** También pidió una mayor colegialidad en el gobierno de la Iglesia. Instó a continuar con la reflexión sobre la estructura y el ejercicio de la autoridad eclesiástica. Mostró un deseo de mayor investigación teológica sobre las cuestiones relativas a la sexualidad humana y el papel de la mujer en la Iglesia. Asimismo expresó su apoyo a la ordenación de mujeres diáconos.
Cito esos ejemplos del cardenal Martini, jesuita, para que se vea a lo que quiere llegar Francisco, jesuita también, y la revolución que suponen esos temas en la Iglesia, hasta ahora tratados de manera tangencial, casuística como dije antes, y a veces, más como jueces inexorables que como Pastores.
Ahora bien, ¿por qué Francisco no actúa como Sumo Pontífice y “pontifica”, y prefiere más bien convocar un Sínodo y no un Concilio?
En primer lugar, Francisco no quiere hacerlo como Sumo Pontífice porque teme una especie de cisma de parte de elementos conservadores de la Iglesia, con cierta influencia; actúa así además, por los cambios que ha hecho en el Vaticano (y en la Iglesia en general), y su espíritu de regresar a los primeros tiempos apostólicos; a esto añado que Francisco ha actuado, y sigue actuando, como Pastor y no como Juez inmisericorde; él piensa que:
1º) no se ha hecho el hombre para la ley, sino la ley para el hombre;(Lc.13,15 – Mc 3,25-26);
2º) y que al lado de la Instituta: “dura lex sed lex” (la ley es dura pero es la ley), está la otra: “summum ius summa iniuria” (la ley llevada a su máximo rigor puede ser una gran injusticia).
Convocar pues este Sínodo episcopal, o sea una asamblea de Obispos escogidos de las distintas regiones del mundo, que se reúnen para asesorar al papa en el tema propuesto , es más conveniente y menos complicado que un Concilio. El papa Francisco podrá en todo caso, “asesorado” por el Sínodo, tomar ciertas determinaciones que no podrán ser cuestionadas porque han sido tomadas por la mayoría de los obispos, evitándose así un cisma, como pudiera suceder si como Papa, aunque tenga poder para eso, tomara la determinación motu proprio.
Sin embargo hay que tener en cuenta que estas posibles determinaciones no tienen por qué venir inmediatamente : la Iglesia no tiene apuro y cumple con el proverbio “festina lente” (apresúrate lentamente), ya el Sínodo tendrá dos etapas: la primera etapa la constituye la III Asamblea General Extraordinaria, esta que comienza ahora, en el que participan los jefes de las Iglesias de Oriente, los presidentes de las Conferencias Episcopales y quienes presiden los diferentes dicasterios (especie de ministerios) de la Curia romana; su propósito, es «precisar el status quaestionis y recoger testimonios y propuestas de los obispos para anunciar y vivir el Evangelio con credibilidad para la familia».
Después vendrá la segunda etapa (Asamblea General Ordinaria prevista para 2015), cuyo objetivo consiste en «dar las líneas operativas para la pastoral de la persona humana y de la familia»; este Sínodo, continuación del de este año 2014, tendrá una mayor participación,pues lo integrarán obispos elegidos en representación de cada país.
Espero haberles informado bien; les ruego recen para que el Espíritu ilumine a nuestros Pastores: estén pendientes, además, de las noticias de este Sínodo, acontecimiento de importancia mundial e histórica, desafortunadamente desconocido y minusvalorado en nuestro pobre país, inmerso en la mayor tragedia de su historia…y sin comenzar a ver ninguna luz en este tenebroso túnel.
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