lunes, 24 de febrero de 2014

Estrategia política: ¿Ganar batallas pero perder la guerra?


Estrategia política: ¿Ganar batallas pero perder la guerra?

                Escribo esto a las 8,30 am del 22/feb/2014, en medio de una confusión general, en medio de esta especie de resumen de calamidades, frustración colectiva y demás etcéteras negativas. Pero lo que más me mueve, es la torpeza, también más o menos colectiva, de los habitantes, principalmente de sectores de clase media de todo el país (o del 8% al que se refiere el sedicente Presidente), al abuso de “instalación” de barricadas (mal llamadas “guarimbas”), en forma desordenado y a lo loco, que cumplen en general, exactamente lo contrario de lo que se busca; además de ir en contra  de lo que se pudiera considerar correcto en una elemental estrategia política (y “militar”). A veces llego a creer que quienes hacen, favorecen o aúpan esa estrategia, son personas adictas o simpatizantes del gobierno, por las consecuencias positivas para el gobierno, simultáneamente negativas para los vecinos opositores.  
                En otras palabras: a) esos cierres de calles, avenidas y vías de comunicación en general, a quienes perjudican directamente, es  a los vecinos, pues : no pueden asistir a sus trabajos, tanto ellos como otros menos favorecidos pero que tienen que pasar por esos “corredores” para ir también  a su trabajo; impiden p.ej. a señoras de limpieza (que no tienen sueldo fijo sino que cobran por jornada) llegar a sus lugares de trabajo; impiden trabajos de servicio a la comunidad (Teléfono,agua,etc. impiden la atención de emergencias; etc.   b) dan armas a la tiranía para justificar su represión, pues  los culpan de que, por causa de ellos, se suspenden los servicios de transporte colectivo, usado principalmente por gente trabajadora, que ahora los puede ver como enemigos de clase, tal como quiere el gobierno; y c) no consiguen el objetivo de fastidiar o combatir al gobierno, pues en el resto de la ciudad, o sitio donde se hacen esas “guarimbas”,…la vida sigue más o menos igual , y hasta justifica en cierto sentido al sedicentePresidente su descarada y cínica mentira, al afirmar “que sólo el 8% del país está contra él”…
                No es que no se hagan esas actividades en determinadas circunstancias; lo que se pide es que haya un mínimo de sindéresis en esos “lideres parroquiales”, para medir con la debida serenidad lo que conviene, en determinado momento, a la causa por la que están combatiendo.
                Por supuesto que sé que el problema es que la misma anomia (falta de leyes) y anarquía (falta de gobierno) que hay en la dirigencia del país (por eso digo que Venezuela es una “anomianarquía), existe también en  esos grupúsculos, en los que a veces no se impone la sindéresis o el sentido común, sino el más gritón.
                Puede que alguien (de los pocos que me leen), piense que cómo puedo yo, un simple soldado de a pie,tener razón. Pues bien: Winston Churchil, Primer Ministro de Inglaterra en la II Guerra Mundial (y premio Nobel de Literatura (¿?) expresó en sus Memorias (no recuerdo si refiriéndose a Alejando, Napoleón (?) o a McArthur, el héroe del Pacífico) que un general de 30 o 40 años (ha habido unos pocos, geniales todos), a veces debe afinar su estrategia consultando a soldados de 50 ; con lo cual quería decir que hay que tomar en cuenta a los de abajo, a los simples soldados, sin los cuales no se puede ganar ninguna guerra y cuya experiencia es valiosa; por eso (por viejo), yo sí sé de estrategia política. De todas maneras por mi escasa proyección política y como sé que en líneas generales comulgan conmigo, Milagros Socorro, Laureano Márquez, Nelson Bocanada (hasta Claudio Nazoa), y otros más, muy valiosos también, pero como no los conozco no los nombro, porque no  quiero que me traten de abusador), tienen una mayor influencia en la opinión general, trataré de convencerlos para que hagan llegar estas ideas a la mayor cantidad de gente. Ojalá consigamos  “en vez de ganar pequeñas batallas, lo que nos puede llevar a perder la guerra, que nos empeñemos más bien “en ganar la guerra” ,para hablar en los términos a los que nos quiere acostumbrar esta horda de bandoleros y malandros, la plaga más grande que ha caído en nuestro pobre país en todos sus años de historia.

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