sábado, 24 de enero de 2015

¿Lapsus brutis?


Últimamente la Biblia ha sido citada mucho, y se han tomado expresiones de ella, muy a la ligera, sin ver lo que yo llamaría “la estructura profunda”(simple analogía de la expresión de Chomsky).
 Por ejemplo: a propósito del “Dios proveerá” del señor Maduro, y de “el tiempo de Dios es perfecto” de dirigentes de la oposición, deseo compartir con mis alumn@s virtuales, inscritos y oyentes, las siguientes consideraciones.
1.- La lexía “el tiempo de Dios es perfecto” está basado en el capítulo 3 del Eclesiastés; en ese capítulo se insiste en que “todo tiene su tiempo”, pero no para ver, de manera fatalista o determinista como simples espectadores, lo que sucede a nuestro alrededor, sino para hacer las cosas con sensatez y “sabiduría”, ésta última no con el significado académico de hoy sino más bien como “sentido común” o “sindéresis”.
Pero algo debe quedar claro: Dios no tiene tiempo, Dios es eterno y la eternidad no es como una especie de tiempo infinito, como mucha gente cree; lo malo de lo anterior es que si seguimos hablando de eso, ya nos meteríamos en Teología y ese no es mi objetivo; lo único que pretendo señalar expresamente es el oxímoron que supone “el tiempo de Dios”. Expresión además que sólo pretende “antropomorfizar” la lexía “eternidad”,concepto etéreo, espiritual, imposible de entender, por nuestra limitada capacidad, de una manera comprensible y a nuestro  alcance: algo parecido a la representación “visible” de la Trinidad católica: Padre, Hijo y Espíritu Santo, representada respectivamente El Padre en forma de venerable anciano; el Hijo, segunda persona de la Trinidad, en forma humana porque se hizo hombre, y el Espíritu Santo, representado en una paloma, tal como se lee en el Bautismo de Cristo (Jn 1, 32).
En resumen: el tiempo de Dios , no se puede pensar como una realidad, sino como figura retórica.
De la misma manera que también es retórica la expresión, también bíblica, de :”un día es para el Dios como mil años y mil años como un día (3 Pe 28)… De no ser sólo una figura retórica, estaríamos los venezolanos en el grave problema de pensar que de los 15 años que llevamos en el desastre en el que estamos,¿cuál será la verdad (o a qué tiempo se referirá, quien diga que el tiempo de Dios es perfecto)? ¿Querrá decir: a) que nos vamos a calar 15.000 años más del estado anomianárquico chavismadurcomunista en el que estamos empantanados,  o b)  que los 15 años que llevamos de doloroso calvario fueron apenas unos 15 segundos? **Evidentemente tenemos que decir que “ni lo uno ni lo otro sino todo lo contario”.
2.- La lexía “Dios proveerá”, encierra significados negativos y engañosos y no como lo pretendía, creo yo, el  supuesto Sr. Maduro en su hilarante, desconcertante, decepcionante e insultante presentación del miércoles 21 de enero.
Comencemos con la primera mención del “Dios proveerá”. En el libro del Génesis, capítulo 22, se cuenta cómo quiso poner Dios a prueba a Abrahán, diciéndole que quería que le sacrificara a su hijo Isaac.
Pero, dice la Biblia, que Abrahán sin chistar, “se levantó de madrugada, preparó su burro”, y con dos sirvientes fue con leña para el lugar del sacrificio que Dios le había indicado. Abrahán se separó de los dos sirvientes, hizo que Isaac cargara la leña , tomó el cuchillo y lo necesario para hacer el fuego y se fueron los dos (Abrahán e Isaac) juntos. En el camino Isaac le dijo a su padre: ”tenemos el fuego y la leña, pero ¿dónde está el cordero para el sacrificio? A lo que Abrahán  contestó: “Dios proveerá”…(Gn 22, 8). Lo que sigue de la historia no lo cuento porque toda persona medianamente culta sabe cómo termina.
Lo que quiero resaltar, sin comentar si Abrahán se portó o no como buen padre, es que para él lo importante era Dios, y por eso engañó a su hijo, hasta el punto de intentar sacrificarlo.
Vemos entonces que para Maduro lo importante (su dios particular) es el poder, y con el poder, viene el engaño, la mentira, la arbitrariedad, la rapiña, la anulación de todos los que no estén con él… Y pone nada menos que  al Dios verdadero como excusa.
 Lo digo porque el pretendido señor Maduro, dice que no importa el sacrificio que va a hacer porque, Alguien que no es él (Maduro), y que por su omnipotencia lo puede todo, va a venir a resolver este rollo.  Esa es la trampa de Maduro, de modo que su expresión no fue ningún “lapsus brutis” como alguien pudiera pensar, sino una genialidad maquiavélica (sin que haya salido de él expresamente por supuesto, pues no lo considero tan inteligente para hacer eso, pero pienso que el diablo de vez en cuando le inspira pensamientos “geniales” a sus adeptos).
La consecuencia es que el “Dios proveerá” de Maduro es prácticamente una blasfemia: Maduro nos jo..roba y que venga Dios a ver qué hace.
 
Veamos otra mención bíblica, del “Dios proveerá”. En la Carta de S. Pablo a los Filipenses, se lee en el cap.4 versículo 19, algo parecido al “Dios proveerá”.
San Pablo le agradece a sus fieles filipenses todo lo que le han dado, y él (San Pablo) expresa que con lo que le dieron, no solamente cubrió sus gastos, sino que “tenía suficiente, e incluso le sobró”(Flp 4, 18) por lo cual “Dios atenderá todas sus necesidades (de los filipenses y de él)…”(Flp 4, 19). Es decir “Dios proveerá”, o ayudará a Pablo y Filipenses, pero como premio a una buena acción y buena administración… que no es de ninguna manera el caso del presunto señor Maduro.   

No hay comentarios:

Publicar un comentario