Género gramatical y el idiolecto de Chávez.
(Resumen del respectivo capítulo de mi trabajo, por editar, La lengua de Chávez)
El idiolecto del presidente se ha impuesto como “forma oficial” de hablar y escribir en su “proceso”: todo partidario suyo debe hablar y escribir como él ( y la cosa ha llegado tan lejos que aún los no partidarios y adversarios políticos han adoptado sus “formas”), sobre todo en el género gramatical.
Capítulo aparte merece pues, la cuestión del género gramatical, comenzando con la Constitución y siguiendo con leyes, discursos, alocuciones, etc. tanto del presidente como de sus adláteres; como uno de los aspectos más complejos de la lengua es el del género, es imposible tratarlo aquí de una manera completa precisamente por esa complejidad. Haré sin embargo algunas consideraciones, que aunque superficiales, sirvan para ilustrar un poco el problema.
Con esta exageración y anomalización del género tradicional se buscaba rescatar el valor femenino y luchar contra el pretendido machismo de la lengua. Y digo se buscaba rescatar… y pretendido…, porque en la práctica, los reformadores más bien le dieron la razón a los machistas (o siguieron la tradición machista) como luego veremos.
Pero antes de entrar en materia propiamente dicha debo hacer dos precisiones:
a) la lengua es un producto social, y como producto refleja fenómenos de la sociedad a la que sirve de vehículo comunicacional. El ataque, a lo que se podría considerar machismo en la lengua, es impertinente (en el sentido de que no tiene que ver) ya que supone a la lengua como causa; pero es que la causa del machismo no es la lengua sino la sociedad, y es a ella, en todo caso, a quien en primer lugar hay que atacar o reformar; reforma que causará posteriormente que la lengua tenga que adaptarse a la nueva realidad y cambie a su vez las expresiones consideradas machistas;
b) la mayoría de los que acusan a la lengua de ser machista o combaten el machismo en la lengua, ignoran, o pretenden ignorar, que el género gramatical no tiene nada que ver con el género biológico, sin querer decir con esto que no haya una base semántica natural para la clasificación de masculino o femenino, pero esa base no es necesariamente “sexo”; los vicios, por ejemplo, son de género femenino (la ira, la gula, la embriaguez); pero hay más virtudes de género femenino: (la prudencia, la sabiduría, la inteligencia, la fe, la caridad, la sensatez).
Por último debemos tener en cuenta que en las lenguas indoeuropeas hay muchas palabras que son de un género (“sexo”) pero gramaticalmente son de otro género (en castellano tenemos “hembra” femenino, pero “hembrón” masculino), así como palabras inanimadas que tienen género “masculino” o “femenino” en las que se ve la no correspondencia del género “natural” y el género gramatical : “Patria”, femenino, es etimológicamente “ la tierra del padre” masculino).
Según la gramática tradicional (RAE) y la doctrina de Bello, cuando hay una forma para cada uno de los dos sexos, nos valemos más de la forma masculina para designar la especie: “el hombre es un animal inteligente”, “el león es fiero”. Esto de ninguna manera supone “machismo”, como no supondría “feminismo” que el idioma hubiera escogido la forma femenina para designarlo, como sucede en otros casos: (“la gallina es un animal comestible” , “la oveja es el prototipo de la mansedumbre”. Esto además obedece a la “economía del lenguaje”, que es uno de los principios menos observados en la redacción “revolucionaria”; a lo cual se junta además, la monotonía y cacofonía de las expresiones.
Veamos brevemente cómo los reformadores más bien le dieron la razón a los machistas . En efecto, en la Constitución de 1999, que se analizará más adelante en otros aspectos linguísticos como redacción, semántica y gramática en general, se ve la más flagrante contradicción de ese lenguaje que pretende ser antimachista. (Entre paréntesis: ¿no pudo la Asamblea Nacional tener un lingüista que los asesorara (a la AN) en Lengua, Redacción y Estilo ?).
En los primeros 45 artículos de la Constitución hay por lo menos 45 menciones con separación de género biológico, desconociendo las reglas de las gramáticas (de Bello y de la Real Academia ) para esos casos. Para demostrar la monotonía y/o cacofonía resultante veamos el art.# 41de la Constitución:
Sólo los venezolanos o venezolanas por nacimiento y sin otra nacionalidad podrán ejercer los cargos de Presidente o Presidenta de la República , Vicepresidente Ejecutivo o Vicepresidenta Ejecutiva, Presidente o Presidenta y Vicepresidentes o Vicepresidentas de la Asamblea Nacional , magistrados o magistradas del tribunal Supremo de Justicia, Presidente o Presidenta del Consejo Nacional Electoral , Procurador o Procuradora General de la República , Contralor o Controlora General de la República , Fiscal General de la República , Defensor o Defensora del Pueblo, Ministros o Ministras relacionados con la seguridad general de la Nación , finanzas, energía y minas, educación, Gobernadores o Gobernadoras y Alcaldes o Alcaldesas de los Estados o Municipios fronterizos y de aquellos contemplados en la ley orgánica de la Fuerza Armada Nacional.
Para ejercer los cargos de diputados o diputadas a la Asamblea Nacional , Ministros o Ministras; Gobernadores o Gobernadoras y Alcaldes o Alcaldesas de Estados y Municipios no fronterizos, los venezolanos y venezolanas deben tener domicilio con residencia ininterrumpida en Venezuela no menor de quince años y cumplir los requisitos de aptitud previstos en la ley.
En este artículo se cometen faltas contra la gramática y contra la lógica.
ü Se confunde género (sexo) con género gramatical;
ü Luego, ¿por qué Ministros y Ministras, Gobernadores y Gobernadoras, Alcaldes y Alcaldesas están con mayúscula- y los magistrados y magistradas, diputados y diputadas están con minúscula? ¿Es porque son menos importantes y valen menos? Igualmente, ¿por qué los despachos ministeriales: finanzas, energía y minas, educación están también con minúscula, mientras que la Fuerza Armada Nacional, otra institución del Estado, está con mayúscula? ¿será porque también finanzas, energía y minas y educación son menos importantes y valen menos?
ü Finalmente, ¿por qué sólo Fiscal General de la República y no Fiscala Generala, Procurador o Procuradora General de la República , Contralor o Contralora General de la República en vez de Procurador General o Procuradora Generala de la República , Contralor General o Contralora Generala de la República ? Por analogía, el castellano permite esas formas femeninas.
ü Si se está luchando contra el machismo lingüístico, ¿por qué en toda la Constitución se nombran primero los ciudadanos y después las ciudadanas, cuando la cortesía exige que primero deben ser las damas? ¿ acaso no se dice corrientemente en los discursos Señoras y Señores?
Con lo anterior, parece que se le quería dar más preeminencia a la mujer; sin embargo, con esa “revolución” lingüística, sólo pude parafrasear a Andrés Eloy Blanco, cuando, siendo presidente del Congreso, ridiculizó en circunstancias parecidas, a parecidos ignorantes con sus versos: como dice mi vecina :
La política se inclina
sin excepción de persona
de la fuerza masculina
a la fuerza más culona.