sábado, 24 de diciembre de 2016

      Pre-Texto: En los años ´80 mis nietas me preguntaron que quién era el niño Jesús, después que unas niñitas más grandes que ellas les dijeron en el colegio que el niño Jesús no existía y que eran los padres los que traían y ponían los regalos; yo les dije que por supuesto el niño Jesús sí existía y luego, en sucesivas navidades, les echaba el mismo cuento a los nuevos nietos.  Ahora lo repito, dedicándoselo a mi niet@s y bisniet@s,nombrándolos, nacidos últimamente y a mis nietos y bisnietas  adoptivos, que son todos los hijos que tienen mis alumnas. 
Reconozco que en algún momento me preocupé por su dosis de cursilería y hasta anacrónico. Pero hoy a mis 89 años, ya de despedida, eso me importa un...comino. He aquí pues el refrito.

¿Quién es el Niño Jesús?  

A todos los niños y niñas, especialmente a mis nietas menores: Michelle, las morochas Antonella e Isabella y  Valentina;  y a mis bisniet@s: Tábata, Samuel y Mattías, Sofía y Alejandro, Felipe y  morochos David y Abigaíl, AnaClara y Adrián Enrique, Damián, Tamanaco y Manaure (listo,por nacer)

Los niños grandes les dicen a los pequeños que el Niño Jesús no viene en Navidad a darles juguetes sino que son los padres los que compran los juguetes. Yo creo que esos niños (los que dicen que son los padres “el niño Jesús”) a lo mejor  tienen razón porque si los niños no creen en el Niño Jesús, él no los va a visitar y se olvidarán para siempre de esos niñitos: las cosas empiezan a no existir cuando nosotros no creemos en ellas. Cuando uno es pequeño no entiende eso, pero lo entiende cuando crece.
Oir que los padres son los que ponen los juguetes la noche de Navidad por supuesto que hace dudar a los niños, y entonces ya no están tan seguros de si son los padres los que se acuerdan de ellos esa noche, o es el niño Jesús que quiere tanto a los niños que se portan bien (que son todos porque no hay niño malo).
                                                                                      
Pero, esos niños grandes (y algunos adultos) que les dicen eso y a veces se burlan de ustedes, ¿no lloran acaso en una película o telenovela sentimental cuando algo malo le pasa a su héroe o heroína? ¿creen que es verdad que él o ella realmente está sufriendo?  Cuando esos adultos juegan a la lotería, (¿no creen ellos que se van a ganar el premio gordo?).Cuando se dice que el presidente Herrera construyó el Metro de Caracas ¿creen los adultos que lo hizo él con sus manos? Cuando se dice que “gracias a Dios que tengo este carro con el que le llevo el pan a mis hijos” ¿Dios le dio el carro? ¿lleva el padre solamente el pan? ¿eso es lo único que comen sus hijos?. ¿Se burlan los niños de los adultos que creen firmemente en la suerte o en las casualidades? ¿se burlan los niños de los que creen que es de mala suerte pasar por debajo de una escalera, o de que el brujo le va a curar una enfermedad, o que un baño les va a quitar la mala suerte, o que unas cartas le van a predecir su futuro, o que una poción milagrosa va a traerle o conservarle un amor? ¿No son todas esas cosas mucho más ridículas que creer en el niño Jesús?
De modo que no es verdad lo que sus amiguitos grandes les dicen a los más pequeños de que son los padres los que compran los juguetes y se los ponen en las camas, porque, ¿quién sino el niño Jesús manda a los padres a que alegren a sus hijos? ¿No les dan sus padres todo a cambio de nada? ¿ y quién puso tanto cariño y dedicación en el corazón de su mamá y de su papá sino el niño Jesús? Deben saber además que el niño Jesús tiene ayudantes, además de los padres como los Reyes Magos,  y a veces adultos como
                                                          
Niños: sigan creyendo en el niño Jesús, porque una de las cosas por las que el mundo está tan triste y perdido es porque los niños están empezando muy rápido a pensar que el niño Jesús no viene a alegrarlos en Navidad. Si supieran cuán malo se pone el mundo cuando los niños piensan como los grandes y los mayores han perdido la inocencia de los niños. La vida les va a enseñar que nadie da algo a cambio de nada; pero hoy deben creer en quien da juguetes, alegría sana y esperanza…y lo único que pide es que crean en Él.
Así pues: el niño Jesús (y los Reyes Magos) sí existen. Y si fueran seres fantásticos existirían también porque para los niños no hay nada más real que la fantasía. Y como el mundo de los niños está hecho de ilusiones, mienten quienes dicen que el niño Jesús no existe, pues existirá hasta que ustedes mismos lo destruyan.                                                                                                                                              Hagan pues sus cartas, y además de juguetes pidan al niño Jesús que les traiga también árboles y flores del campo, playas y arena con bastantes caracoles, y castillos de arena y sombras de matas de coco, y nubes flotantes por encima de los árboles, y la luna llena,  y el tren de estrellas de la vía láctea, y escoger una estrella para vivir en ella como la del Principito; que le traiga a su mamá y a su papá ropa, hecha de palabras de alabanza y de todos los diminutivos cariñosos para que se los pongan a ustedes.
   Que el niño Jesús (y después los Reyes Magos) les traigan regalos antes de que la vida les traiga dolores, es el deseo de alguien, que como yo, piensa que creer en el niño Jesús y en los Reyes Magos es una de las pocas cosas serias en las que todavía se puede creer.