El año 2005, Juan Barreto,
Alcalde Metropolitano de Caracas en ese entonces, publicó,en un alarde de
ignorancia proselitista, un aviso desplegado en ElNacional (domingo 24 de julio de 2005-pàg. A-13 , plagado por cierto de errores de
ortografía y de disparates históricos),
en el que, después de los consabidos insultos a España y lo español, decía que
era “absurdo e incoherente” celebrar el 25 de julio la fundación de Caracas; alegaba
en su larga exposición de ½ página, que esas fechas “no tienen asidero documental”, y que“además se corresponden con un
momento de dolor y humillación para la constricción (sic) de nuestra
identidad”.
Hoy hay otros nombres al mando, ilegítimamente
por supuesto, pero como siguen siendo enemigos declarados de nuestra ciudad, no me
extrañaría que salgan otra vez con su acostumbrada estupidez, a ensañarse contra Caracas.
(A propósito de ese aviso envié esta carta a Cartas
de El Nacional el 2005, pero nunca
fue publicado, tal vez por lo largo; Por parecerme pertinente la copio a continuación, con unas
modificaciones para ponerla al día).
La Fundación de Caracas
Ante la
declaración de la Alcaldía Metropolitana acerca de evaluar “la posibilidad de cambiar el día de Conmemoración del aniversario de la ciudad (de Caracas) sobre
la base de un estudio que señala que Caracas no fue fundada el 25 de julio de 1567 ” como aparece en la página B/16 de El Nacional del 20 de julio de 2005, me parecieron
pertinentes las siguientes consideraciones, como caraqueño viejo y viejo
caraqueño que, aunque
completamente desconocido, sí tengo velas en ese “entierro” del nombre tradicional de la ciudad.
La tradición tiene un muy alto valor para
todas las culturas y por supuesto, como base de la historia, es anterior a
ella, la antecede (y a veces la sustituye) hasta que ella (la historia),
científica y fehacientemente corrobora o corrige lo
que la tradición sostiene. Incluso a veces, después de rectificada por la historia, la tradición permanece.
Hay varios hechos que pueden demostrar lo anterior:
1º) Los romanos contemporáneos, inventaron celebrar el 21 de abril como día de la
fundación de Roma; la tradición ha venido trasmitiendo por siglos que Roma fue fundada
el año 753 a.de
C. Si tomamos en cuenta que eso es una suposición (o aproximación histórica) se ve claro que lo importante para
los romanos no es el día o el año, sino el símbolo, que posteriormente ratificó la tradición.
2º) Toda
persona medianamente culta sabe que el 25 de Diciembre no es la verdadera fecha
del nacimiento de Cristo. Pero se tomó ese día, y así lo ha
mantenido la tradición hasta hoy, por razones religiosas y sociales, que precisamente por sabidas no viene al caso
repetir. Y parece muy improbable, por no decir imposible, que alguien se atreva (y tenga éxito) a cambiar la
fecha, si algún historiador llegase a descubrir la verdadera fecha del nacimiento de Cristo.
3º) Incluso
el año del nacimiento de Cristo fue mal calculado por el monje escita Dionisio
el Exiguo (o Menor) en el año 525, al afirmar que Cristo nació el año 753 de la fundación Roma, cuando en realidad, según cálculos históricos más exactos, el nacimiento
ocurrió seis años antes: el 747
a.U.c.(anno Urbe condita, o sea, “desde la fundación de la Ciudad de Roma).
Como
nuestra tradición cultural ha venido fechando los años desde el nacimiento de
Cristo, estaríamos entonces en el año 2007 y no en el 2013;
sin embargo a nadie se le ha ocurrido hacer el cambio, sino aceptar convencionalmente la fecha que la
tradición señala, a sabiendas de que estaba errada la fecha calculada por el monje escita.
Hay más
ejemplos que se podrían señalar, así como otros de imposiciones que no tuvieron
arraigo por ir contra la tradición. Uno de los mejores puede ser el
cambio del calendario en la Revolución francesa (cambio que duró menos de 10 años).
Lo que
tienen de común los ejemplos anteriores es que la tradición a veces se impone a
la historia, no porque ésta no tenga importancia (que por supuesto
la tiene y mucha) sino que como el hombre es un “animal simbólico”, si hay duda se queda con la
tradición. Por lo tanto, mientras no haya seguridad histórica científicamente inobjetable, no de que
Caracas no fue fundada el día y año
en que tradicionalmente se celebra, sino que sí fue fundada otro día y otro año, el día de Caracas seguirá
siendo el 25 de julio; es decir, la tradición debe seguirse hasta que la historia lo
ratifique o demuestre otra cosa. Y entonces podríamos empezar a discutir si se cambia o no el día de la
celebración; discusión que sería inútil ya que no se puede luchar contra la tradición.
Para
finalizar, acotaría lo que he oído acerca de lo que algunos malintencionados suponen: que la pretensión del Alcalde Metropolitano, va unida a un cambio del
nombre de la ciudad, lo cual obedecería a intereses políticos más que históricos: todos sabemos que el llamado proceso quiere seguir el consejo bíblico
de entrar en posesión de las cosas cambiando nombres (lo que ya hicieron
cambiando desde el nombre del país hasta el de todas las instituciones), y en este caso también eliminando
símbolos.
Pero aunque le pongan a Caracas el nombre de Santiago de
León Bolivariano de Caracas, para todo
caraqueño (y venezolano) bien nacido, Caracas
seguirá siendo Caracas... y su
aniversario el 25 de julio.