sábado, 14 de enero de 2012

Lenguaje gestual de Chávez (parte I)

A mis alumn@s virtuales: les estoy enviando la 1ª. parte de un trabajo sobre el lenguaje gestual de Chávez. En realidad es un resumen de la primera parte porque es un trabajo más largo (parte del libro la Lengua de Chávez que algún día aparecerá), bastante fastidioso (de hacer y de leer).

                En el estudio de la Lengua de Chávez que vengo haciendo desde hace 12 años, no es menos importante, aunque sea más difícil, la parte referida a su lenguaje no verbal (articulado) o gestual; es bien sabido que la expresión del rostro, la mirada, el manoteo, en una palabra, la gestualidad, es mucho lo que dice,  a través de lo que llama Julius Fast el subtexto, esa especie de lenguaje oculto que subraya y refuerza lo hablado (y que a veces hasta expresa lo contrario).
Lo mejor para conseguir un buen efecto, es oir y ver parte de la exposición oral que se trata de estudiar directamente, alternándolo con sólo ver, sin oir; en el caso de una exposición de Chávez eso supone un enorme sacrificio pues hay que estar dispuesto, para contar con un corpus aceptable, a por lo menos seis horas de calentamiento de culo, como dirían los españoles; digo seis horas promedio, pero nunca como el record del viernes 13 de enero de 2012: casi 10 (diez!) horas de calentamiento…aunque con ciertas ventajas (como sacar un tiempito para estirar las piernas, ir al baño, picar y beber algo, etc.) pero por supuesto nada comparado con lo que tuvieron que sufrir las solemnes señoras y señores que se lo tuvieron que calar en vivo sin ninguna de las posibilidades anteriores.

I.- Para comenzar debo hacer notar que
a.       aunque yo creía que por su condición de convaleciente hablaría sentado, tipo aló presidente, habló parado;
b.      disimuló bastante bien el cansancio de una larga (para él) caminata, para la que había sido “preparado”; caminata[1] que formaba parte de la presentación; hubo sólo dos pequeños tropiezos en la caminata (el segundo rápidamente disimulado por las cámaras de TV, que por cierto estuvieron muy bien asesoradas para detectar sólo elementos positivos en las tomas, tanto del presidente como de la audiencia, de modo que sólo se vieron, en el corpus, tres elementos negativos (hastío, cansancio o disgusto) de personas de la audiencia obligada.
c.       En relación a la audiencia: toda, absolutamente toda, era obligada: unos por deber (diplomáticos, miembros del Clero, diputados opositores, etc.; otros por exigencia partidista (diputados oficialistas y claque (interna porque la externa empezó a desaparecer paulatinamente hasta tal punto que  a las 3.15pm había notorios claros en la audiencia externa); y por último los Obligados obligados [todos deudores (le deben algo al presidente y tienen que pagárselo) y/o acreedores (le prestaron algo al presidente y piensan cobrárselo): Miembros de los demás poderes, todos controlados por el presidente; Ministros, Presidentes o Directores de  entes oficiales; militares de alto rango, empresarios, etc.
II.- Chávez es capaz de controlar su rostro y lo utiliza para trasmitir mensajes; esto último lo hacemos todos pero en el caso de Chávez se refleja su carácter, porque las expresiones habituales dejan huellas. Como lo registra Paul Ekman en Emotion in the Human Face (New York, Pergamon 1971) los músculos de la cara son tan versátiles que, en teoría, una persona podría mostrar más de mil  expresiones en sólo dos horas.   
Pero como son pocas las que expresan un sentido real e inequívoco, y por imperativo del grupo social se ven en pocas oportunidades en toda su intensidad (en el baño, en la cocina, en el dormitorio…), hay que estar muy atento porque en público pocas veces se verá p.ej. un rugido de furia o una expresión exagerada enseñando los dientes; por eso hay que leer el sustituto de esas expresiones intensas en público: el entrecejo levemente fruncido y la boca tensa. En Chávez sólo lo pude notar tres veces: una en el momento en que lo hacía pero no pude ver la parte anterior donde estaría la causa; otra en la parte de María Corina: demasiado evidente a pesar de las tomas fugaces de la cámara (que trataban de evitar mostrar la cara y sólo lo hicieron cuando creyeron que Chávez “se la estaba comiendo” con lo de “aquila non capit muscas” y su mención al no ranking de María Corina para debatir con él);  la tercera no la puedo decir hasta no analizarlo mejor porque estoy confundido en la lectura de la cara. Por cierto que a Chávez le salió el tiro por la culata, ya que catapultó a María Corina como nunca lo hubiera pensado. El “por ahora” de Chávez del 4/feb/92 que llevó finalmente a Chávez al poder, se quedó chiquito con los minutos que tuvo María Corina para “desnudar” a Chávez, que debe estar lamentando lo sucedido (y mentándosela constantemente).

Marshal McLuhan a su vez, dijo “…la televisión no reflejará un rostro. Tiene que haber una máscara”. Rostro en este contexto es “expresión que proyecta la personalidad” y máscara en cambio es una expresión que aunque revela muy poco sobre la persona y que, en el caso de Chávez, trata de que la gente (su gente) se vea reflejada a sí misma en la máscara que él tiene. El problema para mí es que la anormal hinchazón de la cara de Chávez dificulta mucho la lectura (de su cara) porque los músculos, aunque tensos, se pueden disimular en el volumen, por lo que en esta parte (del “rostro”) casi tuve que limitarme a los músculos de la boca y al rictus-risa-sonrisa que sí señalaban cosas muy interesantes.

III.- La mentira, (consustancial con Chávez aunque para él es “su” verdad) se puede descubrir examinando las emociones que se reflejan en expresiones o gestos, de modo que puede fungir como “detector de mentiras”. Por la limitación de la “máscara” hinchada de Chávez me voy a referir a su sonrisa, aunque la sonrisa engaña fácilmente a quien no esté prevenido, ya que la mayoría de las personas sonríen con la misma frecuencia cuando mienten que cuando dicen la verdad.
De las sonrisas enumeradas por Ekman (Ekman, Paul: Cómo detectar mentiras-Paidós) hay dieciocho no engañosas; en ellas sólo intervienen los músculos inferiores de la cara acompañados por el estiramiento de los músculos que rodean el ojo. El problema en el caso de Chávez vuelve a ser su “máscara” hinchada que dificulta leer la risa de los ojos: para no equivocarse habría que detener la imagen y tratar de observar detenidamente cada fotograma, lo cual lleva tiempo. Sin embargo la mayoría de las sonrisas de Chávez que hay en el corpus  se ven falsas porque Chávez tiende a apretar los labios, endurecer las comisuras y alzar el labio inferior características todas, de la falsa sonrisa.
Además la sonrisa falsa es asimétrica, como el rictus y nunca la acompañan los músculos de los ojos; a esto se añade que las sonrisas falsas nunca tienen un ritmo armónico: o finalizan abruptamente o decrecen por etapas.
Una cosa interesante que observé en las sonrisas de Chávez es que tuvo (en el corpus) dos sinceras pero que trasmitían miedo. En la sonrisa de temor, los labios se estiran para formar un rectángulo; esos músculos, que desplazan horizontalmente a los labios durante el miedo, elevan las comisuras de los labios en una risa de burla (lo que llamamos mueca); en este tipo de sonrisa, las cejas se alzan y se unen y los ojos se agrandan. Esa risa [idéntica a la que le hizo a Andreina (Flores) cuando ella le preguntó que porqué la oposición tuvo más votos en las elecciones parlamentarias de septiembre y sin embargo sacó menos diputados], se ve claramente también en la intervención de María Corina (y posterior respuesta de Chávez): Las cámaras trataron de obviar eso pero no pudieron disimularlo.

III.- En este análisis es necesario tomar en cuenta los ritmos corporales del emisor y de los receptores, presentes y virtuales. El cuerpo se mueve, aunque en pequeña escala, al ritmo del discurso. Cuando una persona habla todos sus movimientos de manos, dedos, cabeceos, parpadeos, etc.  se mueven a ese compás; el problema es que en el caso de Chávez, como es el caso de personas enfermas, la enfermedad y el cansancio producto de un tratamiento y un gran esfuerzo,  puede alterar la sincronía y producir un desfase que no necesariamente puede indicar algo que nos dé una lectura inequívoca del lenguaje gestual. Sin embargo nos puede ayudar, poco pero suficientemente claro, lo que podríamos llamar sincronía interaccional  de emisor-receptores, ya que el que escucha también se mueve al compás de quien habla.
Esta sincronía es sutil y sólo se puede estudiar bien en películas o grabaciones, porque en el momento en que se produce (es decir en vivo y caliente) si uno –el observador- quiere fijarse, lo más probable es que no pueda atender al discurso, con lo cual pierde su trabajo; pero en nuestro caso se podía ver en el corpus respuestas interesantes en los fugaces pases de la cámara por el auditorio. Entonces se veía, en la parte que se pudo ver de la parte opositora, reacciones en contra, hastío o fastidio no importaba de qué estaba hablando Chávez; en el único pedacito de la muestra que pude ver de diplomáticos, vi, desde  caras que expresaban ¡no lo puedo creer!, hasta “el mismo cuento”, unido a risas ”diplomáticas” …y miedosas de que viniera un exabrupto como el que hubo contra el nuncio André Dupouy, hace 10 años, o contra el actual Nuncio el 5 de julio del año pasado. Sin embargo, no se pudo salvar la embajadora argentina, que no supo un dato técnico del campo argentino,  que Chávez quiso sacarle y para remate tuvo Chávez) la suficiente torpeza de anunciar la venida de otro embajador de Argentina que sí tenía que saber eso “porque había sido ministro de Agricultura” (o algo así) de la República Argentina.
Pero por regla general el paneo en el hemiciclo hacia los partidarios del presidente, demostró una sumisión total y servil; evidente e inocultable en la cara de ministros, magistradas, fiscalas, defensoras de la plebe,  generales “en jefe”, etc. hasta políticos de alta figuración en el pasado (J.V:Rangel) todos a la expectativa de acontecimientos que puedan hacer cambiar su estatus actual.  Todos oían al presidente, pero nadie lo escuchaba: no hacía falta  por la sencilla razón de que la única palabra de comentario sería en todo caso “amén”.
En el caso de Chávez vi muchas veces (8) gestos divorciados de las palabras, (5) agresivos al señalar , (3) enfatizar y cortar el aire. Una vez se le vio contrariado por no encontrar enseguida el dato buscado y la contrariedad fue evidente porque en un alo presidente le podía echar la culpa a algún asistente o ministro… pero aquí no lo pudo hacer y eso le causó una inocultable “silla roja” en inglés (a red chair). Y es que la característica de la sincronización de Chávez es que los demás deben sincronizarse a él, nunca viceversa, ni siquiera cuando habla con un superior (que será Dios, si acaso), porque en la Tierra nadie es superior a él.    



[1] Caminata esviaje corto y divertido” o, en el caso de Chávez: “recorrido largo y fatigoso”  y se puede clasificar en:a) normal;b) militar; c) marcial; d) presidencial; e) real; f) sacra; y g) procesión; puede haber combinaciones, p.ej.: b+c+d  que Chávez trata de hacer cada vez que puede; f+g. usada por el Papa, los Obispos,etc. El presidentes Obama siempre usa, en público, el /d/ que supone una normalidad rápida y  firme, con algún pequeño salto que supone firmeza, rapidez y estabilidad; igual lo hacía el presidente G.W. Bush (pongo estos ejemplos del imperio, por ser muy expuestos en medios de comunicación).      

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