sábado, 21 de enero de 2012

Lenguaje gestual de Chávez (II)

LENGUAJE GESTUAL DE CHÁVEZ  (II)
                En esta parte (II) de una aproximación al estudio de la Lengua gestual de Chávez, una vez estudiada en la (I) algo de su gestualidad (ritmos corporales), seguiremos ampliando elementos (no remarcados antes, o si se hizo fue muy someramente),   de ojos, cabeza, manos, postura y espacio. Pero antes debo acotar dos cosas: a) repito lo que en la Parte (I) había advertido: que el rostro (cara hinchada) de Chávez dificulta la lectura del gesto total del presidente: como los gestos siempre se reflejan en los músculos de los ojos (y cada ojo tiene cuatro rectos, dos oblícuos y un elevador del párpado) la hinchazón, en el caso de Chávez,  impide una óptima lectura; y  b) adjuntaré en esta parte algunos elementos observados en las subsiguientes cadenas, que servirán para ratificar el “estudio” de la (I) parte porque en cierto sentido continúan el “discurso” emitido en la llamada Memoria y Cuenta; por supuesto que imperfecto también, por la limitación de la hinchazón de la cara, porque, como ya lo dijimos, las expresiones faciales son señales fidedignas de las emociones básicas.
                En cuanto al espacio hay que tener en cuenta que siempre, pero más desde el desarrollo de su enfermedad, el espacio de Chávez es el monitor de la TV. Él está encuadrado en ese marco y, fuera de la pantalla que tiene ante sí, no hay nada. De modo que su espacio es a la vez limitado e ilimitado y él escoge el que le conviene; lo malo de eso es que si comete el error de salirse de un espacio y lo agarran desprevenido… pierde estrepitosamente. Le pasó con Andreína Flores, cuando aprovechó su salida de la TV (el marco de los corresponsales extranjeros)  y lo desnudó a campo abierto; y el de María Corina, que aprovechó una errada y mal calculada salida de su espacio (con la que pretendía neutralizarla) pero … no contaba con su astucia (de María Corina). En ambos casos trata de regresar a su espacio (el cuadro de la TV) pero al fallar, cae estrepitosamente (todo lo que hace le sale mal, tartamudea, se desencaja), por no estar preparado.
               
                IV. El discurso de Chávez no es casi nunca oratorio (en el sentido de formalidad expresiva) sino conversación, es decir aproximación al interlocutor, porque la confidencialidad es más proclive para el convencimiento.  En Chávez (y en la mayoría de los hablantes) siempre los primeros segundos representan una afirmación de una relación preexistente o una negociación. Aló presidente y la mayoría de las cadenas son del tipo de relación preexistente ya que Chávez sólo habla para sus seguidores, nunca para sus “enemigos” ( en todo caso habla"contra" sus enemigos). Eso es lo que en la retórica antigua se llamaba “exordio exabrupto” o entrar in medias res que significa entrar en materia inmediatamente. En los dos últimos años, dentro de lo que he podido estudiar, sólo he registrado tres veces que Chávez comienza con un vocativo formal o semiprotocolar, tipo Exmo.Sr…,ciudadanos … Señores, etc. salvo cuando hay representación diplomática.
Sin embargo, hasta en estos casos se desvía y trata de “conversar”; en esto es determinante la proxémica[i] o  “espacio personal” de Chávez: a Chávez le gusta la proximidad [irrestricta en su primera etapa (1992-1998-2002), algo controlada después (202-2006) y muy controlada hasta el día de hoy], lo cual se debe a que Chávez pertenece a una cultura de contacto, informal, en la que el principal interlocutor  trata de meterse en el espacio de la otra persona. Sobran los ejemplos en el caso de Chávez: a) refiriéndose de una manera más informal a alguien nombrado (con un sobrenombre o una alusión coloquial que hace sonreír o ruborizarse al “mencionado); b)  poniéndole la mano en el hombro si está cerca (dos veces lo hizo el año pasado en actos con diplomáticos cubanos); c)  y hasta tratando de besar (como ocurrió con la reina Isabel de Inglaterra) contra todo protocolo. Pero ¿qué es “protocolo” para Chávez sino una “liturgia ceremonial” burguesa e imperialista?
 



                En el caso de la Memoria y Cuenta y las cadenas subsiguientes se dan las siguientes particularidades:
Ø  En la Memoria y Cuenta comenzó informalmente, saludos, sonrisas, etc. pero  lo más significativo fue la “postura” o colocación en el presídium: gesto de disgusto subliminal, y por eso casi imperceptible, al estar a la derecha del anfitrión lo que lo hacía sentirse (y sentarse) segundo.
Ø  Por lo anterior, no hizo como otros presidentes (él mismo lo hizo una vez) de decir el discurso, de pie, junto a su puesto protocolar en el presídium, sino que buscó su propio espacio y bajó a la Tribuna de oradores. En ese sitio le daba la espalda a las otras autoridades del Estado (sus pares en esa oportunidad por ser sus legítimos herederos) y estaba al frente (y por encima) de su auditorio. Para esa posición de dominio no contaba el presídium por lo que ya dije (lo tenía a la espalda que es una manera de rebajarlo) ni tampoco la “galería” (diplomáticos, invitados especiales y claque) por considerase un sitio extra-hemiciclo. La proximidad  de la que hablamos, se la daba, como lo mencioné más arriba, la televisión: las cámaras le daban la proximidad plena que siempre ha querido y buscado (aunque desde 2006 está controlada y limitada).
Ø  ¿Cómo entonces podía convertir Chávez esa aproximación virtual en una aproximación física? Muy fácil: las interpolaciones, repito, menciones directas a oyentes, (partidarios o no), miradas directas,  acercaban el auditorio al orador, impedían distracciones, porque las cámaras de TV (extensión del verbo de Chávez, así como la espada o el fusil es la extensión del brazo del guerrero) hacían que todo el auditorio tuviera una actitud de estar metido en la “conversación”; en efecto, la cámara podía “llevarlo” de repente, al centro de la “conversación” y encontrarlo distraído, fastidiado, cansado, etc.  elementos todos, que de ser captados, serían “peligrosos” (para sus fieles partidarios), o incómodos (diputados opositores, cuerpo diplomático, invitados).
Ø  Ya eso indicaba que lo de Chávez no sería “discurso” en el sentido formal sino “conversación”; la diferencia entre las dos cosas es muy significativa porque un discurso tiene una limitación en el tiempo; en cambio una “conversación” no tiene límites: se puede estar conversando de lo mismo horas (y hasta días): el problema es que conversar supone compartir, hacer partícipe a los otros (o al otro, si es un   diálogo o conversación de dos).
Ø  Pero es que en el léxico de Chávez “conversar” es “monologar” ya que las intervenciones de los otros son simples ratificaciones (¿te acuerdas fulano de…?, ¿tú estabas conmigo, fulano, no?...), preguntas la mayoría de las veces retóricas (Ministro N…tenemos suficiente como para…¿no? o interpelaciones, tipo regaño, que la mayoría de las veces no permiten respuesta o defensa (el ministro fulano tiene que ver cómo hace para componer eso! , ¡yo no puedo hacer todo!¡eso no puede ser camarada, debe corregirlo! // ¿ qué hacen los tribunales que no meten preso a ese individuo?). Famosos son los ejemplos del regaño al Nuncio del Papa, André Dupoui, el 24 de enero de 2001, en pleno saludo al Cuerpo diplomático y como respuesta al discurso de salutación (¡) de Año Nuevo, del Nuncio y las furiosas apóstrofes al Cardenal Urosa y al Nuncio, sobre todo la dirigida en la Asamblea Nacional el 5 de julio de 2011, en pleno acto protocolario del Bicentenario. 
Ø  En cuanto a manos y postura se puede dividir la Memoria y Cuenta de Chávez, siguiendo a Flora Davis, en unidades fonéticas, basadas en los ritmos y esquemas fonéticos de narración, basados a su vez, en el discurso en sí.
Ø  Eso lo hice en una sola parte del corpus ,que quedó dividido en cuatro párrafos, diez “subpárrafos” formados por quince locuciones (u oraciones); en realidad estos datos no son pertinentes para este trabajo, pero los menciono porque en el resto del corpus, se veía grosso modo cierta analogía en cuanto a temas y disquisiciones; no pude detectar si el “discursante” lo hacía adrede, pero era de una similitud impresionante.
Ø  Con fórmulas de cálculo de posiblidades se podía “predecir” cuándo volvería Chávez a mencionar sus leitmotiv recurrentes (imperio – oposición – neoliberalismo – capitalismo)  con más o menos la misma secuencia. ¿Y a qué vienen lo de las manos y la gesticulación total? A que a cada nivel del discurso iba acompañado de los mismos gestos corporales de postura, ojos, posición, etc., pero aunque éstos podían contrastar  de un movimiento corporal a otro, el movimiento de las manos fue de una ritmicidad impresionante: durante el primer párrafo gesticulaba únicamente con su mano derecha; durante el segundo con la izquierdo y durante el tercero con las dos pero con mayor énfasis en la izquierda.
Ø  Esto último puede explicarse por la zurdez[ii]  de Chávez, quien además hacía movimientos amplios de “dentro afuera” , gestos con la muñeca sola, etc. ; gestos todos que implican seguridad y dominio. Por eso el cambio después de la interpelación de María Corina se puede explicar con una sola frase: ¡se desencajó!     (o María Corina lo desencajó): perdió el ritmo (dominante) y como tenista que pierde el saque, no se pudo recuperar.








     



[i] La proxémica, campo de investigación que trata de estudiar cómo un hablante estructura inconscientemente su espacio o relación de proximidad que debe haber entre él y los otros, fue estudiado por primera vez por Edward Hall, profesor de antropología en la Northwestern University, en “Proxemics”, en Current Anthropology, vol. 9, n° 2-3, págs.83-108, 1968.
[ii] Un aspecto interesante en este estudio es que es casi seguro que la zurdez de Chávez no sea “de nacimiento”. En efecto, el hemisferio cerebral derecho, dominante en los zurdos, rige predominantemente las funciones emocionales y creativas, lo que hace que  los zurdos “de nacimiento” sean más sensibles e imaginativos y más torpes y menos habladores que los diestros. Como ese no es el caso de Chávez hay que pensar: o que es una excepción o que le fue “cambiada la mano” por algún accidente o circunstancia; para poder saberlo hay que hacer un estudio familiar de su infancia (de tres a cinco años),  investigación, por supuesto imposible, en nuestro caso.

sábado, 14 de enero de 2012

Lenguaje gestual de Chávez (parte I)

A mis alumn@s virtuales: les estoy enviando la 1ª. parte de un trabajo sobre el lenguaje gestual de Chávez. En realidad es un resumen de la primera parte porque es un trabajo más largo (parte del libro la Lengua de Chávez que algún día aparecerá), bastante fastidioso (de hacer y de leer).

                En el estudio de la Lengua de Chávez que vengo haciendo desde hace 12 años, no es menos importante, aunque sea más difícil, la parte referida a su lenguaje no verbal (articulado) o gestual; es bien sabido que la expresión del rostro, la mirada, el manoteo, en una palabra, la gestualidad, es mucho lo que dice,  a través de lo que llama Julius Fast el subtexto, esa especie de lenguaje oculto que subraya y refuerza lo hablado (y que a veces hasta expresa lo contrario).
Lo mejor para conseguir un buen efecto, es oir y ver parte de la exposición oral que se trata de estudiar directamente, alternándolo con sólo ver, sin oir; en el caso de una exposición de Chávez eso supone un enorme sacrificio pues hay que estar dispuesto, para contar con un corpus aceptable, a por lo menos seis horas de calentamiento de culo, como dirían los españoles; digo seis horas promedio, pero nunca como el record del viernes 13 de enero de 2012: casi 10 (diez!) horas de calentamiento…aunque con ciertas ventajas (como sacar un tiempito para estirar las piernas, ir al baño, picar y beber algo, etc.) pero por supuesto nada comparado con lo que tuvieron que sufrir las solemnes señoras y señores que se lo tuvieron que calar en vivo sin ninguna de las posibilidades anteriores.

I.- Para comenzar debo hacer notar que
a.       aunque yo creía que por su condición de convaleciente hablaría sentado, tipo aló presidente, habló parado;
b.      disimuló bastante bien el cansancio de una larga (para él) caminata, para la que había sido “preparado”; caminata[1] que formaba parte de la presentación; hubo sólo dos pequeños tropiezos en la caminata (el segundo rápidamente disimulado por las cámaras de TV, que por cierto estuvieron muy bien asesoradas para detectar sólo elementos positivos en las tomas, tanto del presidente como de la audiencia, de modo que sólo se vieron, en el corpus, tres elementos negativos (hastío, cansancio o disgusto) de personas de la audiencia obligada.
c.       En relación a la audiencia: toda, absolutamente toda, era obligada: unos por deber (diplomáticos, miembros del Clero, diputados opositores, etc.; otros por exigencia partidista (diputados oficialistas y claque (interna porque la externa empezó a desaparecer paulatinamente hasta tal punto que  a las 3.15pm había notorios claros en la audiencia externa); y por último los Obligados obligados [todos deudores (le deben algo al presidente y tienen que pagárselo) y/o acreedores (le prestaron algo al presidente y piensan cobrárselo): Miembros de los demás poderes, todos controlados por el presidente; Ministros, Presidentes o Directores de  entes oficiales; militares de alto rango, empresarios, etc.
II.- Chávez es capaz de controlar su rostro y lo utiliza para trasmitir mensajes; esto último lo hacemos todos pero en el caso de Chávez se refleja su carácter, porque las expresiones habituales dejan huellas. Como lo registra Paul Ekman en Emotion in the Human Face (New York, Pergamon 1971) los músculos de la cara son tan versátiles que, en teoría, una persona podría mostrar más de mil  expresiones en sólo dos horas.   
Pero como son pocas las que expresan un sentido real e inequívoco, y por imperativo del grupo social se ven en pocas oportunidades en toda su intensidad (en el baño, en la cocina, en el dormitorio…), hay que estar muy atento porque en público pocas veces se verá p.ej. un rugido de furia o una expresión exagerada enseñando los dientes; por eso hay que leer el sustituto de esas expresiones intensas en público: el entrecejo levemente fruncido y la boca tensa. En Chávez sólo lo pude notar tres veces: una en el momento en que lo hacía pero no pude ver la parte anterior donde estaría la causa; otra en la parte de María Corina: demasiado evidente a pesar de las tomas fugaces de la cámara (que trataban de evitar mostrar la cara y sólo lo hicieron cuando creyeron que Chávez “se la estaba comiendo” con lo de “aquila non capit muscas” y su mención al no ranking de María Corina para debatir con él);  la tercera no la puedo decir hasta no analizarlo mejor porque estoy confundido en la lectura de la cara. Por cierto que a Chávez le salió el tiro por la culata, ya que catapultó a María Corina como nunca lo hubiera pensado. El “por ahora” de Chávez del 4/feb/92 que llevó finalmente a Chávez al poder, se quedó chiquito con los minutos que tuvo María Corina para “desnudar” a Chávez, que debe estar lamentando lo sucedido (y mentándosela constantemente).

Marshal McLuhan a su vez, dijo “…la televisión no reflejará un rostro. Tiene que haber una máscara”. Rostro en este contexto es “expresión que proyecta la personalidad” y máscara en cambio es una expresión que aunque revela muy poco sobre la persona y que, en el caso de Chávez, trata de que la gente (su gente) se vea reflejada a sí misma en la máscara que él tiene. El problema para mí es que la anormal hinchazón de la cara de Chávez dificulta mucho la lectura (de su cara) porque los músculos, aunque tensos, se pueden disimular en el volumen, por lo que en esta parte (del “rostro”) casi tuve que limitarme a los músculos de la boca y al rictus-risa-sonrisa que sí señalaban cosas muy interesantes.

III.- La mentira, (consustancial con Chávez aunque para él es “su” verdad) se puede descubrir examinando las emociones que se reflejan en expresiones o gestos, de modo que puede fungir como “detector de mentiras”. Por la limitación de la “máscara” hinchada de Chávez me voy a referir a su sonrisa, aunque la sonrisa engaña fácilmente a quien no esté prevenido, ya que la mayoría de las personas sonríen con la misma frecuencia cuando mienten que cuando dicen la verdad.
De las sonrisas enumeradas por Ekman (Ekman, Paul: Cómo detectar mentiras-Paidós) hay dieciocho no engañosas; en ellas sólo intervienen los músculos inferiores de la cara acompañados por el estiramiento de los músculos que rodean el ojo. El problema en el caso de Chávez vuelve a ser su “máscara” hinchada que dificulta leer la risa de los ojos: para no equivocarse habría que detener la imagen y tratar de observar detenidamente cada fotograma, lo cual lleva tiempo. Sin embargo la mayoría de las sonrisas de Chávez que hay en el corpus  se ven falsas porque Chávez tiende a apretar los labios, endurecer las comisuras y alzar el labio inferior características todas, de la falsa sonrisa.
Además la sonrisa falsa es asimétrica, como el rictus y nunca la acompañan los músculos de los ojos; a esto se añade que las sonrisas falsas nunca tienen un ritmo armónico: o finalizan abruptamente o decrecen por etapas.
Una cosa interesante que observé en las sonrisas de Chávez es que tuvo (en el corpus) dos sinceras pero que trasmitían miedo. En la sonrisa de temor, los labios se estiran para formar un rectángulo; esos músculos, que desplazan horizontalmente a los labios durante el miedo, elevan las comisuras de los labios en una risa de burla (lo que llamamos mueca); en este tipo de sonrisa, las cejas se alzan y se unen y los ojos se agrandan. Esa risa [idéntica a la que le hizo a Andreina (Flores) cuando ella le preguntó que porqué la oposición tuvo más votos en las elecciones parlamentarias de septiembre y sin embargo sacó menos diputados], se ve claramente también en la intervención de María Corina (y posterior respuesta de Chávez): Las cámaras trataron de obviar eso pero no pudieron disimularlo.

III.- En este análisis es necesario tomar en cuenta los ritmos corporales del emisor y de los receptores, presentes y virtuales. El cuerpo se mueve, aunque en pequeña escala, al ritmo del discurso. Cuando una persona habla todos sus movimientos de manos, dedos, cabeceos, parpadeos, etc.  se mueven a ese compás; el problema es que en el caso de Chávez, como es el caso de personas enfermas, la enfermedad y el cansancio producto de un tratamiento y un gran esfuerzo,  puede alterar la sincronía y producir un desfase que no necesariamente puede indicar algo que nos dé una lectura inequívoca del lenguaje gestual. Sin embargo nos puede ayudar, poco pero suficientemente claro, lo que podríamos llamar sincronía interaccional  de emisor-receptores, ya que el que escucha también se mueve al compás de quien habla.
Esta sincronía es sutil y sólo se puede estudiar bien en películas o grabaciones, porque en el momento en que se produce (es decir en vivo y caliente) si uno –el observador- quiere fijarse, lo más probable es que no pueda atender al discurso, con lo cual pierde su trabajo; pero en nuestro caso se podía ver en el corpus respuestas interesantes en los fugaces pases de la cámara por el auditorio. Entonces se veía, en la parte que se pudo ver de la parte opositora, reacciones en contra, hastío o fastidio no importaba de qué estaba hablando Chávez; en el único pedacito de la muestra que pude ver de diplomáticos, vi, desde  caras que expresaban ¡no lo puedo creer!, hasta “el mismo cuento”, unido a risas ”diplomáticas” …y miedosas de que viniera un exabrupto como el que hubo contra el nuncio André Dupouy, hace 10 años, o contra el actual Nuncio el 5 de julio del año pasado. Sin embargo, no se pudo salvar la embajadora argentina, que no supo un dato técnico del campo argentino,  que Chávez quiso sacarle y para remate tuvo Chávez) la suficiente torpeza de anunciar la venida de otro embajador de Argentina que sí tenía que saber eso “porque había sido ministro de Agricultura” (o algo así) de la República Argentina.
Pero por regla general el paneo en el hemiciclo hacia los partidarios del presidente, demostró una sumisión total y servil; evidente e inocultable en la cara de ministros, magistradas, fiscalas, defensoras de la plebe,  generales “en jefe”, etc. hasta políticos de alta figuración en el pasado (J.V:Rangel) todos a la expectativa de acontecimientos que puedan hacer cambiar su estatus actual.  Todos oían al presidente, pero nadie lo escuchaba: no hacía falta  por la sencilla razón de que la única palabra de comentario sería en todo caso “amén”.
En el caso de Chávez vi muchas veces (8) gestos divorciados de las palabras, (5) agresivos al señalar , (3) enfatizar y cortar el aire. Una vez se le vio contrariado por no encontrar enseguida el dato buscado y la contrariedad fue evidente porque en un alo presidente le podía echar la culpa a algún asistente o ministro… pero aquí no lo pudo hacer y eso le causó una inocultable “silla roja” en inglés (a red chair). Y es que la característica de la sincronización de Chávez es que los demás deben sincronizarse a él, nunca viceversa, ni siquiera cuando habla con un superior (que será Dios, si acaso), porque en la Tierra nadie es superior a él.    



[1] Caminata esviaje corto y divertido” o, en el caso de Chávez: “recorrido largo y fatigoso”  y se puede clasificar en:a) normal;b) militar; c) marcial; d) presidencial; e) real; f) sacra; y g) procesión; puede haber combinaciones, p.ej.: b+c+d  que Chávez trata de hacer cada vez que puede; f+g. usada por el Papa, los Obispos,etc. El presidentes Obama siempre usa, en público, el /d/ que supone una normalidad rápida y  firme, con algún pequeño salto que supone firmeza, rapidez y estabilidad; igual lo hacía el presidente G.W. Bush (pongo estos ejemplos del imperio, por ser muy expuestos en medios de comunicación).