jueves, 10 de enero de 2013

Saludo a la bandera ante la vergüenza actual.

El bochornoso espectáculo que ha dado, tanto la AN como el TSJ en lo que está sucediendo en nuestro desafortunado país, tiene una parte jurídica y una parte lingüística. El disparate jurídico era inevitable ya que a ellos no les importa absolutamente nada que no sea la línea política impartida por el dictador. De todas maneras, tanto la resolución como la sentencia han sido muy bien analizadas por distinguidos constitucionalistas y demostrado fehacientemente la desfachatada, desvergonzada y servil sumisión de ambas instituciones ante “los poderes establecidos”. Pero lo grave es que el disparate jurídico de la AN y del TSJ está basado en desconocimiento de la lengua, por lo que no sólo quedamos en el mayor de los ridículos en el aspecto jurídico, sino que a eso se le añade la ignorancia lingüística, una falta grave cultural. Lo malo es que también les faltó asesoría lingüística a los constitucionalistas, que, de haberla tenido, al menos hubiéramos quedado bien parados en cuanto al conocimiento de la lengua; pero a nuestros distinguidos juristas, se les escapó algo fundamental. Me explico: la base fundamental de la argumentación de la AN y el TSJ se basó principalmente en dos lexías: a) sobrevenido (motivo), en el art. 231; y b) temporal (falta) en el art. 234); añadiría además, c) el formalismo de Maduro.Veamos: a) Sobrevenido,a es el participio pasado del verbo sobrevenir (derivado del latín supervenire ), cuya significación es, según el DRAE, : venir improvisadamente. Al significar lo anterior se está suponiendo inmediatez anterior, no después de un tiempo, porque ya eso no sería sobrevenido . ¿Se puede suponer entonces, según el significado dado por los “ilustres” señores de la AN y los “egregios” magistrados, que algo que viene desde hace más de un año (el cáncer) y cuya extrema gravedad es de hace un mes (10 de diciembre) es algo sobrevenido, es decir, que se supo que es grave a última hora? (como sí lo hubiera sido un accidente inmediato o una grave enfermedad inmediata). De modo que hay dos errores “gramaticales” en la suposición o significación dada por los señores de la AN y del TSJ: 1°) que ese sobrevenido se refiere a la Asamblea, no al presidente electo; y 2°) en el supuesto negado de que se refiera al presidente electo, no califica lo de motivo sobrevenido porque ese motivo era viejo y de conocimiento “público y notorio”, y no que los egregios1 magistrados acababan de saber lo de la gravedad del presidente. b) Lo esgrimido por la egregia magistrada presidenta del TSJ de que “no hay falta temporal, ni falta absoluta” del presidente ausente (y “faltante” desde hace un mes) [además de sonar como “ni lo uno ni lo otro sino todo lo contrario” o “No estoy ausente, sólo que no estoy presente"], es completamente inexacto bajo el punto de vista del idioma. Falta significa (de los 14 significados que trae el DRAE, escojo el 4): ausencia de una persona del sitio donde debía estar , porque ninguno de los otros ni siquiera se asoma a lo que la magistrada pretende que signifique. c) Añado a las anteriores, la palabra formalismo usada por el egregio , vicepresidente hasta ayer; (ex vicepresidente hoy, pero ahora algo así como vicepresidente “constitucional” según las nuevas interpretaciones). Pues bien la palabra formalismo significa exactamente lo contrario de lo que cree el Sr. Maduro: según el DRAE, formalismo tiene como primera acepción: rigurosa aplicación y observancia en la aplicación o en la indagación científica del método recomendado por alguna escuela. Y formalidad, a su vez significa: 1) exactitud, puntualidad y consecuencia en las acciones; 2) cada uno de los requisitos para ejecutar algo. De modo que lo dicho por el Sr. Maduro no expresa, creo yo, lo que él quiso decir. Opino en cambio, que la palabra que quiso usar fue formulismo una de cuyas acepciones si tiene cierto tinte peyorativo y despectivo que a lo mejor fue lo que el Sr. Maduro quiso expresar. En resumen: 1°) Si conocieran mejor el idioma la expresión sería más clara. 2°) Si los juristas opositores hubieran tenido en cuenta el idioma (o se hubieran asesorado por lingüistas) para rebatir a los diputados de la AN y a los magistrados del TSJ, sólo hubiéramos quedado mal ante el mundo en el aspecto jurídico, pero nos hubiéramos salvado en aspecto lingüístico. 3°) Sé que nada de lo anterior tiene la menor importancia, ni tendrá el menor efecto: los egregios diputados y egregios magistrados ni se darán por enterados y por supuesto seguirán cumpliendo órdenes y hacer lo que les da la gana. 4° Sólo hago esto para desahogarme y cumplir con mis alumn@s virtuales.

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