¿Un pleito de borrachos por una
botella vacía?
El lunes 21 de
septiembre habrá una reunión entre el presidente Juan Manuel Santos de Colombia
y el gobernante de Venezuela Nicolás Maduro. Esta reunión, considerada un
triunfo personal por Rafael Correa, presidente de Ecuador de quien fue la idea,
no será sino (ojalá me equivoque) “un pleito de borrachos por una botella
vacía”.
Para quienes
llegaron tarde: todo comenzó cuando el pasado 19 de agosto, tras un supuesto
ataque del paramilitarismo colombiano en el que resultaron heridos tres
efectivos de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB), Venezuela ordenó el
cierre de la frontera en el estado Táchira, medida que posteriormente extendió
de manera indefinida a otras
entidades limítrofes como Zulia y Apure. El cierre de la frontera y el estado
de excepción, suponía la suspensión de ciertas garantías; suspensión que
afectaba directamente las elecciones del 6 de diciembre de 2015, ya que
impedía, entre otras cosas, propaganda electoral, inscripción de candidatos
para la nueva Asamblea, etc.
El pretexto para
esa medida por parte de Maduro, fue la necesidad de “luchar contra de flagelo de la violencia y el
contrabando de extracción, que afecta a la población en la zona, así como
acciones para erradicar el ataque económico que se perpetra contra el bolívar
en las casas de cambio que operan en el lado colombiano”. Maduro
pues, responsabiliza a Colombia de la grave situación de Venezuela y la que se
vive en estas zonas limítrofes, y ha asegurado que mantendrá las medidas hasta
que se consiga una "frontera de paz".
Pero hay
dos cosas que hay que tener presente: a) en el decreto del 15 de septiembre de
2015, Maduro incluyó municipios del estado Zulia no fronterizos (como p.ej. el municipio La Cañada de Urdaneta, que
no limita con Colombia, sino que forma parte de la periferia de Maracaibo, de
decisiva importancia electoral); b) el estado de excepción de esos municipios
fue de manera indefinida.
Ese cierre
indefinido y la inclusión de municipios
que no lindaban con Colombia quiere
decir, 1º) que no se contemplaba en un futuro inmediato el remedio para la
anómala situación planteada, ni siquiera con diálogo con el presidente de
Colombia pues, aunque posteriormente Maduro dijo estar dispuesto a un “diálogo”,
por supuesto según sus condiciones, eso no se mencionó al principio. 2º) que,
al no tener elecciones esos municipios, se eliminaban a priori, posibles miembros
a la AN desafectos u opuestos abiertamente a Maduro. Añádase a esto, que muchos
de los colombianos que vivían en la zona, habían sido cedulados e inscritos en
el Registro Electoral para que votaran en anterior(es) elección(es) por los
candidatos del chavismo. O sea se trataba de una burda trampa electorera.
Pero eso no fue todo, pues enseguida
comenzaron por parte del régimen de Maduro, una serie de actos hostiles
(sobrevuelo de la frontera, violando el espacio aéreo colombiano, incursiones
de efectivos de la llamada GuardiaNacionalBolivariana
(GNB), con “persecución en caliente” de paramilitares, narcotraficantes, contrabandistas,
etc.
Como consecuencia de tal arbitrariedad,
más de 21.000 colombianos (hombres, mujeres,niños,ancianos…) fueron
expulsados violentamente, robadas y/o destruidas sus casas y negocios,
separadas familias enteras, impedido el paso de niños que estudiaban en
Colombia pero vivían en Venezuela (y
viceversa) ; lo anterior, está avalado y confirmado en un informe
oficial de la Oficina de las Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos
Humanitarios. Nunca en toda la historia de nuestros países, ni siquiera en los
días de las guerras de independencia, se había llegado a esos extremos inhumanos
y salvajes, violadores de todos los Derechos Humanos y exactamente iguales, en
cuanto a maltrato físico y psicológicas, a lo que están padeciendo, y que
diariamente vemos en los medios de Comunicación Social, numerosos grupos humanos de países de Asia,
Oriente Medio y norte de África, en su huida de esas salvajes y despiadadas
guerras.
¿Y es ahora,
después de semanas de injusticia,dolor y sufrimiento de los miles de
colombianos (y venezolanos casad@s con colombian@s), cuándo Maduro accede a “dialogar”
con Santos? Si porque acogotad por la
presión social y económica en Venezuela, pero sobre todo por la presión mundial
contra su gobierno; además de que, en medio de todo esto, le dicta a Leopoldo
López, el preso político más representativo del régimen, una condena de más de
13 años de cárcel por unos delitos que nunca existieron y por lo tanto no
pudieron ser demostrados. La reacción mundial fue inmediata y unánime contra el
régimen. Fue de tal magnitud el rechazo, que sus mismos partidarios y
beneficiarios de la época de las vacas gordas, no aprobaron tan gran injusticia y prudentemente se abstuvieron de aprobar.
Maduro está
pues en una situación altamente incómoda, por: a) la escasez de todo (que él espera suavizar
con los últimos millones de dólares que consiguió mendigando vergonzosamente en
Asia); b) la inseguridad (que él espera rebajar con otro de sus planes contra
la inseguridad, entre los cuales el más notorio es el allanamiento de
viviendas, y asesinato de algunos pranes de “colectivos”,antes cómplices pero
ahora socios incómodos)… Pero él piensa salir bien de todo esto tratando
de obtener, después de pequeñas concesiones a Santos, la suficiente
imparcialidad de parte de él para que permanezca más o menos la situación
fronteriza actual, y así evitar que se malogre la trampa montada en esos
municipios para las elecciones de diciembre. ¿Conseguirá
Maduro una “paz interna” y una "frontera de paz"? Ni lo uno ni lo
otro.
¿Y cómo está el presidente Juan Manuel Santos?
El presidente Santos, por su parte, ha reclamado el respeto a los
derechos humanos de sus compatriotas expulsados, y ha lanzado una batería de
medidas económicas que buscan aliviar la economía de las regiones fronterizas
de su país, afectadas por el cierre de los pasos fronterizos. Es decir, que
hasta ahora la posición de Santos ha sido la que Maduro pensaba que tendría: a) reclamos (lo de los DD.HH.) muy corteses,
diplomáticos y ajustados a Derecho, todo lo contrario de la violencia,
agresividad y bravuconería de un patán como Maduro. b) ayuda económica a sus
paisanos, y así bajar la presión de los desplazados.
El problema es que ahora Santos está acicateado por
la opinión pública colombiana, que siente y piensa que no se le deben permitir
esos desmanes a Maduro; añádase a esto las últimas incursiones militares en la
frontera; sobre todo, la oscura y enigmática caída de un avión Sukhoi-30, el jueves 17 de septiembre en la noche, falleciendo
sus dos tripulantes.“Honor a nuestros héroes, Paladines del Espacio Aéreo Soberano”,
escribió el ministro de la Defensa de Maduro. ¿Huída hacia adelante?
Pero el gobernado de Miranda, Enrique Capriles , dijo en una reunión
popular en Barlovento: “Este accidente
genera mucha suspicacia. Probablemente ahora el gobierno va a venir con una
nueva novela”, Además, cuestionó las investigaciones sobre el hecho anunciadas por el
ministro de Defensa de Venezuela, Vladimir Padrino López. “¿Quién cree en las investigaciones del gobierno? ¿Quiénes van
investigar eso? ¿Los mismos que investigan los casos de corrupción en el
gobierno, los que investigaron la explosión en la Refinería de Amuay? Si es
así, todos sabemos en qué quedará esto”,concluyó.
Hay
otras versiones, que incluyen hasta una trampa mortal a dos testigos incómodos, pilotos
que no eran expertos en navegación nocturna, montados en un mal avión, etc.
Pero ese no es el caso ahora, sino que es un aditamento incómodo tanto para
Maduro, por su intromisión en territorio colombiano, como para el presidente Santos,
a quien los colombianos no perdonarían si pretende escurrir el bulto de las violaciones
aéreas al territorio colombiano, por parte de soldados , guardias nacionales y
aviones venezolanos.
Otro
problema es el papel de Venezuela en las
conversaciones de paz con la FARC,en La Habana; el mayor desafío del gobierno del presidente Santos en este su
segundo período.
Para
la guerrilla ”la Mesa de Conversaciones de La Habana es para pactar las
soluciones a los problemas que han dado origen a la larga confrontación armada
existente en nuestro país”. Para el presidente Santos (según
la guerrilla): “(el presidente) Santos parte de la idea equivocada de que somos una
guerrilla vencida, desmoralizada y a punto de rendirse. Él no entiende nuestras
concepciones y métodos de lucha, cree ciegamente en lo que le dicen sus
asesores y sus generales. Por eso nos propuso dialogar, con la secreta ilusión
de que nosotros aceptaríamos en seguida, para rendirnos ante él y salvar
nuestras vidas. Incluso cometió la torpeza de ordenar que mataran a nuestro
máximo Comandante Alfonso Cano, pensando que así nos quedaríamos sin cabeza y
no sabríamos qué hacer”.
Para las
conversaciones (conclusión de un Acuerdo Genera y posteriores conversaciones en
La Habana) ,ayudará la disposición y colaboración de los gobiernos de las
repúblicas de Cuba y Venezuela, así como del Reino de Noruega y la República de
Chile. Cuba y Noruega actúan como garantes, mientras Venezuela y Chile como
acompañantes. Pero el papel de Venezuela
fue poco a poco algo más que de acompañante y siempre apoyó a la guerrilla en
puntos controversiales que a veces incomodaron al presidente Santos.
De modo
que el presidente Santos no quiere ganar algo para Colombia a cambio de
exponerse al fracaso en las conversaciones, y a la inversa: quiere obtener
beneficios en las conversaciones (cosa que en este momento le está haciendo
mucha falta ante la decepción de las largas conversaciones en LaHabana), y mejores
resultados, pues de no ser así, estaría expuesto a los ataques de Uribe, quien
lo ha acompañado hasta ahora en su disputa con Venezuela y lo acicatea para que
sea más enérgica su respuesta.
CONCLUSIÖN. Ya me he extendido
demasiado, pero mi conclusión (ojalá me equivoque ) es muy simple: nada
positivo saldrá , por ahora de la reunión del lunes 21 de septiembre entre los
dos presidentes; lo más probable es que haya una especie de empate, y se salven
algunas apariencias, pero tanto Maduro como el presidente Santos seguirán con
su agenda secreta: Maduro aprovechando el estado de excepción para tratar de
ganar, fraudulentamente por supuesto, sus elecciones…y el presidente Santos
tratando de complacer en cierto sentido a los colombianos, con aparentes, pero
ineficaces manifestaciones de fuerza, y ver cómo no se le empantanan más las
conversaciones con las FARC, que por cierto están disfrutando de este
paréntesis de ventaja.
Y por si
fuera poco, repito lo que siempre he dicho desde hace 12 años: es imposible
alguna clase de Diálogo si no se habla el mismo idioma. Y el presidente Santos
habla muy bien el castellano, pero la gentuza que gobierna en Venezuela, Maduro
al frente, sólo conoce la única lengua que sabe: la de Chávez, entre cuyas
característica más importantes está su semántica: todo significa exactamente lo
contrario (de la lengua castellana), y por eso siempre convierten sus derrotas
en victorias.
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