“Un país que mata a sus propios hijos no
tiene futuro” san Juan Pablo II.
Doctrina
de Sto.Tomás de Aquino (1224 – 1274) en Cap. VI de su “Gobierno de los Príncipes”… “: 1.) “el Tirano es quien desprecia el bien común y busca
el bien privado”; 2) ; “se ha de proceder contra la
maldad del tirano por autoridad pública”. “Cuando la tiranía es en exceso
intolerable, algunos piensan que es virtud de fortaleza el matar al
tirano”.
La Iglesia no se opone a la pena de
muerte: en el Catecismo de la
Iglesia Católica, No. 226 se lee: “La preservación del bien común de la sociedad exige colocar al agresor
en estado de no poder causar perjuicio. Por este motivo la enseñanza
tradicional de la Iglesia ha reconocido el justo fundamento del derecho y deber
de la legitima autoridad pública para aplicar penas
proporcionadas a la gravedad del delito, sin excluir, en casos de extrema
gravedad, el recurso a la pena de
muerte...”.
Sto. Tomas no estaba de acuerdo con san
Pedro, quien decía que hay que “ser súbditos reverentes no solo de los gobernantes buenos y humildes,
sino de también de los señores díscolos-
(II Pedro 2), pero fue muy cauteloso. Y aunque era partidario de la monarquía
absoluta, consideraba a la tiranía como una corrupción de la monarquía. Y en
ese caso Santo Tomás da tres consejos para prevenir o remover a los tiranos:1º.)
constituir la monarquía de manera que el pueblo (multitudo) retenga
el derecho de deposición. 2º) pedir la intervención de una autoridad
superior, en este caso el Papa Romano quien puede no solo deponer al tirano,
sino también acusarlo de herejía y condenarlo a muerte. 3º)
Pedirle con la oración al Dios, “Rey de Reyes” que cambie los deseos del
corazón del tirano hacia un arrepentimiento pleno. Para entender lo anterior debemos tener en
cuenta que en su época, lo espiritual superaba lo temporal,de modo que los
gobernantes, o sea los reyes, debían estar subordinados a
los sacerdotes (“Gobierno de los Príncipes” México, Ed. Porrúa,
1996, Pág. 79).
A pesar de lo anterior no se podría deducir
inequívocamente que Santo Tomás de Aquino fuera partidario abierto de la “muerte
del tirano” o tiranicidio; su inteligencia, junto con su prudencia y caridad,
no le permitieron una sólida permisividad al tiranicidio. Yo pienso, sin
embargo, que si alguien lo hubiera hecho, y se hubiera confesado con él,
seguramente habría obtenido el perdón, porque además del arrepentimiento, ese
pecador debió asegurar que “no volvería a hacerlo”… que son las condiciones
necesarias para ser perdonado.
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Quiero copiarlo en Face pero no encuentro como
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