¿Cuál “salida”?
En
estos días, se sigue violando de la manera más abierta y desvergonzada la CRBV,
a tal punto, que no está “moribunda” (que al menos indicaría una remota
posibilidad de recuperación), sino que
está en coma, descerebrada, sin posibilidades de recuperación,
aunque,por ahora, se resiste a morir.
Dice
el refrán que “ a grandes males, grandes remedios”; por lo tanto analistas de
la Fundación en la que laboro, han llegado a la conclusión, de que como salida
inmediata, es decir antes de diciembre, no veían en el horizonte sino dos
posiblidades, a cual más difícil y riesgosa: 1) Intervención extranjera; la cual,
a su vez tiene dos posibilidades: a) Una intervención diplomática y económica
lo suficientemente fuerte, bien acordada y mejor llevada, que obligue, de una
manera o de otra, la salida del régimen. O b) Una intervención militar,
riesgosa, injerencista, y que traería un seguro derramamiento de sangre.
2)
La segunda opción era conseguir que la CEV, fuerte y clara opositora desde el
principio, seria, y respetada a nivel nacional e internacional, instara, en
plan pastoral, a los católicos y a la ciudadanía en general, al deber moral y
obligación cívica que tienen de cumplir y hacer cumplir la Constitución con los
medios que ella misma (la CRBV) tiene: los arts. 333 y 350, entre otros.por
supuesto que sin mencionarlos, porque “intelligenti, pauca.
Una instancia así de ninguna manera
se puede criticar diciendo que “los curas no se pueden meter en política”, cosa
que es completamente cierta, cuando se refiere a política partidista; pero este
no es el caso, pues instar al cumplimiento de la constitución, es un deber y
obligación moral; y que tenga consecuencias políticas, es otra cosa, pero es
bueno acotar que todos los actos de un ciudadano son siempre “políticos” pues de
una manera o de otra, atañen a la “polis”, es decir al Estado.
Desgraciadamente
esa opción no es posible ahora por la grave enfermedad de Mons. Diego Padrón,
presidente de la CEV. Pero en esta eventualidad, tendría el mismo efecto si
fuera el cardenal Urosa, arzobispo de Caracas, quien lo hiciera, tipo Carta
Pastoral.
El cardenal Urosa, se ha pronunciado
abiertamente contra el sistema imperante, o a través de la CEV, o como
arzobispo de Caracas: recuerden sus fuertes declaraciones contra la espuria e
ilegítima ANC.
Recuerden
también cómo en la Carta Pastoral del 1º. de mayo de 1957, con motivo del Día
de san José Obrero, el entonces arzobispo de Caracas, Mons. Rafael Arias Blanco,
le habla fuertemente a la dictadura de Pérez Jiménez, y defiende el derecho de la Iglesia a intervenir
en los asuntos económicos y sociales.
Copio: … la multitud de problemas sociales que está
viviendo la nación, y sobre los cuales, aunque sea someramente, queremos llamar
la atención del Clero y de todos los fieles confiados a nuestro cargo pastoral,
porque la Iglesia tiene derecho, un derecho al cual no puede renunciar, a
intervenir en la solución del problema social, según las palabras del Sumo
Pontífice León XIII en su Encíclica Graves
de Communi: «En opinión de algunos, la llamada cuestión social es solamente
económica, siendo, por el contrario, certísimo que es principalmente moral y
religiosa, y por esto ha de resolverse en conformidad con las leyes de la moral
y de la religión». Más tarde el Papa Pío XI, en su Encíclica Quadragesimo Anno, recogía esta doctrina
en las siguientes frases: «Tanto el orden social como el económico están
sujetos a Nuestro Supremo juicio, pues Dios nos confió el depósito de la verdad
y el gravísimo encargo de publicar toda ley moral e interpretarla y aún ungirla
oportuna e importunamente».
Esa Carta Pastoral, ha sido considerada decisiva para la caída
posterior del dictador.
En Conclusión: Creemos que en este momento
una comunicación así, tipo Carta Pastoral, con la autoridad del Sr. Cardenal,
instando a la feligresía y ciudadanos en general,a cumplir la constitución, (vigente
todavía pero violada constantemente), con los medios que ella misma manda ,
podría surtir efecto decisivo para un cambio YA.
Por supuesto que siempre habrá pesimistas o
interesados, que dirán que con eso no se conseguiría nada. Lo único que puedo
decirles es que:
“La peor
diligencia, es la que no se hace”.
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